miércoles, 16 de agosto de 2017

UN VUELO QUE COGER (continuación 2)


Raquel se escurrió el pelo en la bañera. Cuatro o cinco gotas cayeron de entre sus manos. Cogió la toalla y se la enrolló en la cabeza, mientras se obligaba a sonreír delante del espejo del baño. Apenas estaba empañado. El agua fría parecía apropiada para estos momentos. Tan fría que dolía. ¡Qué curioso que un dolor pueda desplazar a otro dolor! Una auténtica bendición sufriente. Se miró las uñas y decidió que se las pintaría más adelante en el día. De un color alegre. Su cuerpo desnudo cruzó del baño a la habitación. "No quiero pensar" se dijo firmemente. Se tumbó boca arriba en su cama y disfrutó de la sensación de la sábana bajo su piel.
Se quedó dormida.

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